El primero se centró en la entrega de Jesús en la última Cena, donde nos da su Cuerpo y su Sangre, y nos deja el mandamiento del amor.
El segundo tuvo como signo la Cruz, que nos habla del amor “hasta el extremo”, incondicional e infinito de Dios. Ante Jesús crucificado se dio gracias al Señor por tanto amor y Misericordia, y se oró por los hermanos que llevan hoy cruces pesadas de sufrimiento.
El último momento se centró en la espera de la Resurrección. Se recordó que con su Pasión y Resurrección, Jesús nos ha liberado a todos de la muerte, del pecado, de la esclavitud, y que depende de cada uno de nosotros aceptar en la propia vida a Jesús como Salvador.
El momento con los Funcionarios tuvo como tema de reflexión las Siete palabras dichas por Jesús en sus últimas horas, destacando y compartiendo el sentido profundo que tienen para las situaciones concretas de nuestra vida. Teniendo en cuenta que Jesús quiso identificarse con los que sufre, los que tienen hambre y sed, los que son marginados, los que luchan por la justicia y la paz.
Posteriormente se invitó a cada grupo a hacer un compromiso de servicio a los hermanos que más necesitan. Se culminó con unos minutos de Adoración con el Santísimo, momento en que se hizo ofrenda de los compromisos.
Fuente: Equipo Pastoral